Mira tu madre del Cielo,
que pura es y que bella.
Mientras pises este suelo,
sea tu constante anhelo
parecerte siempre a ella.
Salve María, llena de gracia, el Señor es contigo,
bendita tú eres y bendito es el fruto de tu vientre Jesús.
Santa María, madre de Dios y madre nuestra,
ruega por nosotros ahora y siempre.
Luis Frutos, ofs